Todos los políticos no son iguales, pero todos estan sujetos a nuestras críticas, les guste o no.
Cuando esos politicos que nosotros mismos hemos elegido se convierten en uno de los principales problemas del funcionamiento de nuestra maquinaria democratica, algo va mal....quizás haya llegado el momento de cambiar.
A la gente no parece interesarle mucho la política, pero si los precios de los alimentos, el acceder a una vivienda digna o encontrar un trabajo... sin embargo, no ve a esos sres de traje y corbata como la solucion, sino como parte importante del problema. ¿Donde esta entonces el fallo?
Los medios nos dicen que existe una falta de proximidad hacia los problemas de los ciudadanos. Demasiado a menudo, los temas que los politicos consideran prioritarios no tienen nada que ver con las preocupaciones reales de la gente de la calle. ¿Cuando dan sus mitines hablan realmente para los ciudadanos o para sus contrincantes políticos? El pueblo se aparta...se siente ajeno al juego político, muy poco y mal representado y se esfuman la motivación, la paciencia y la confianza.
La gente no juzga lo que haces, sino lo que percibe que haces. El mensaje se pierde por el camino y se acaba la comunicacion. Se abusa de las afirmaciones, no se argumenta y mucho menos se evidencia. Se abusa de un mensaje poco claro, muy alejado de lo que piensan y prometen, improvisado, desconcertante y poco convincente.
Ellos, los politicos, lo tienen claro, pero quieren controlar tanto lo que dicen que evitan pasar sus intervenciones por el filtro de los periodistas...¿y que es lo que pasa al final? no sólo no responden con claridad a lo que les preguntan, sino que a veces simplemente no lo hacen. Algunos se limitan a comparecer ante los medios sin aceptar preguntas ni opiniones diferentes a la suya.
Esto sirve solamente para acabar con la poca credibilidad de los políticos. Habria que añadir al clasico: “los políticos no cumplen sus promesas”, la incapacidad para lograr probechosos acuerdos en los principales problemas, sus continuas peleas e insultos por asuntos poco reales, y los ultimos casos de corrupción. Si a todo esto le sumamos una grave crisis económica como la actual, es facil adivinar porqué la clase política es considerada parte crucial del problema.
Los políticos despiertan poca confianza entre la mayoria de sus ciudadanos. Esos discursos populistas que ya no se cree nadie son su consecuencia directa. El desinterés y desencanto hacia los gobernantes han hecho caer el voto hasta de los militantes más fieles. La participación ya es todo un reto y las elecciones un escenario cada vez más impredecible y caotico.
La parafernalia que acompaña a los politicos durante sus campañas electorales también ha cambiado. Se dirijen a un público casa vez mas variado y que requiere diversos lenguajes y entonaciones, más creatividad y uso de nuevas tecnologias de la persuasion. Campañas mas personalizadas e identificacion con el candidato, con su mensaje. Internet y las nuevas tecnologías han hecho de los que antes eran "marginados usuarios de la red" un público decisivo. El poder de la imagen es esencial e ilimitado. La potencia de la puesta en escena y la profesionalización de la comunicación política estan siendo decisivas.
Ya no es suficiente hacerlo bien, llevar a cabo una buena gestion o plantear las reformas necesarias, ahora se requiere también que sepan comunicarlo. Tienen que resultar más cercanos, más seguros y claros, más atractivos, creíbles… en resumen, más confiables. Esto les ayudará a que les entiendan mejor, les conozcan más, les quieran y por lo tanto, les voten más. Por una sencilla razon: de la misma manera que sin confianza no hay trato ni amistad… sin confianza tampoco hay voto.
Los políticos necesitan comunicar cada vez mejor para convencer y para ello es preciso conectar con las personas de la calle. No es una cuestión de carisma, sino de humildad, palabra que no acaban de asimilar nuestro gobernantes....menos promesas y más compromisos, mayor proximidad, más gestión, más motivación, más inspiración. Reconocer los errores y las salidas de tono, sobre todo con los ciudadanos. Saber aprender, rectificar, emocionar y emocionarse, sonreír y sobre todo escuchar… deben mostrarse humanos, lo son, qué duda cabe, pero este juego es como aquel dicho de la mujer del rey.....en política no basta con ser. También hay que parecer.
En Vigo sobra discurso politico e insulto y falta tacto comunicativo. No solo salir en las fotos y tener las mejores relaciones con la prensa, sino comunicación en todo el sentido de la palabra. Los partidos invierten la mayor parte del tiempo en el mensaje, cuando la forma y la imagen son más determinantes en la primera impresion y en la valoración de los ciudadanos.
La política no entiende de razones....solo de emociones, no hay que olvidarlo. Sobre todo en situaciones de crisis, en las que la gente no busca argumentos, sino soluciones, liderazgo y determinación…
No es suficiente dar solución a los problemas de los ciudadanos, sino que además hay que saber comunicarlo. Tienen que percibirlo. Y sin comunicación es imposible.
No es una cuestión de hablar o dejar hablar. Ni de elegir o de dejar elegir a los demas. Ni siquiera tiene nada que ver con escuchar o obedecer a la voz de su amo. Lo verdaderamente importante, valiente y el reto real de los políticos, es que las personas por ellos gobernados se sientan valorados y escuchados ....solo eso.
¿Veis que facil es Abel y Corina...Concello y Xunta?.
Un abrazo
1 comentario:
Brother, suscribo todo lo dicho, y lo aplaudo, buen trabajo
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